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El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, llegó este martes a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el propósito de presentar un borrador de plan de paz que la Casa Blanca considera clave para intentar poner fin a casi cuatro años de guerra en Ucrania.
La visita coincide con el recorrido diplomático del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien aterrizó en Irlanda para continuar su gira por Europa, un esfuerzo con el que busca asegurar respaldo político y financiero para sostener la resistencia de su país ante la invasión rusa.
Ante la falta de avances concretos y tras meses de estancamiento, el presidente estadounidense Donald Trump ha comenzado a movilizar a figuras clave para impulsar su propuesta de negociación.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Jared Kushner, yerno de Trump, también participará en el encuentro con Putin. La reunión, dijo, se llevará a cabo únicamente entre Witkoff, Kushner y un intérprete estadounidense, y durará “el tiempo que sea necesario”.
Mientras tanto, en la vía paralela, el secretario de Estado, Marco Rubio, se reunió en días previos con autoridades ucranianas.
Zelenskyy comentó que sostuvo un encuentro con la delegación que regresó de la ronda más reciente de diálogos celebrada en Florida, negociaciones que se basaron en un documento acordado inicialmente en Ginebra. El mandatario aseguró que dicho texto ya está “concluido”, aunque no detalló su contenido.
Rubio calificó esas conversaciones como un paso adelante, pero admitió que aún queda trabajo por hacer.
Zelenskyy subrayó que Kiev está presionando para que sus socios europeos tengan una participación “sustancial” en las decisiones finales, y advirtió sobre campañas de desinformación rusas que buscan influir en el proceso.
Aseguró que la inteligencia ucraniana compartirá con sus aliados información sobre lo que considera intentos de Moscú de usar las negociaciones para aliviar sanciones y bloquear decisiones clave en Europa.
Desde Dublín, donde cumplió su primera visita oficial, Zelenskyy mantuvo reuniones con dirigentes políticos y legisladores. Aunque Irlanda mantiene una posición de neutralidad y no es miembro de la OTAN, ha aportado ayuda militar no letal y ha recibido a más de 100.000 ucranianos desde febrero de 2022.
En paralelo, líderes europeos —preocupados por el financiamiento de Ucrania más allá de este año y por las intenciones futuras de Rusia— buscan recuperar protagonismo después de haber quedado relegados respecto a Washington.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo haber conversado junto a Zelenskyy con Witkoff y con líderes de otros ocho países europeos, así como con autoridades de la Unión Europea y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Aseguró que los próximos días serán “cruciales”.
Las negociaciones siguen envueltas en incertidumbre. No hay señales claras de cómo se resolverán temas centrales, como el control territorial o las garantías de seguridad para Ucrania. Diplomáticos europeos reconocen que el proceso será extenso.
Zelenskyy encara estas conversaciones en un momento especialmente complicado: debe lidiar con las exigencias del frente militar, buscar financiamiento urgente para mantener operativas las instituciones estatales y enfrentar un caso de corrupción que golpea a los niveles más altos de su gobierno.
En medio de la tensión, el Kremlin aseguró haber tomado la ciudad estratégica de Pokrovsk, en Donetsk. Pero Zelenskyy afirmó desde París que los combates continúan y que la situación aún no está resuelta.
Entre tanto, Trump añadió presión con un mensaje en Truth Social en el que acusó a Honduras —de forma confusa y sin relación directa con el conflicto— de querer “alterar” los resultados de sus elecciones, comentario que aumentó la confusión internacional pero no aportó claridad al rumbo de las conversaciones sobre Ucrania.
Fuente: Ap