
En respuesta a la creciente preocupación por la seguridad aérea y el deterioro de las infraestructuras de control, la administración de Trump ha presentado una propuesta de reforma integral del sistema de control del tráfico aéreo de Estados Unidos.
La iniciativa, anunciada este jueves por el secretario de Transporte, Sean Duffy, incluye la instalación de nuevas tecnologías satelitales, inalámbricas y de fibra óptica en más de 4,600 puntos del país, la sustitución de 600 radares y la construcción de seis nuevos centros de control.
Duffy calificó el sistema actual como "obsoleto" y señaló que "construir uno nuevo es una necesidad económica y de seguridad nacional". El plan también incluye la estandarización del software y del equipo en todas las instalaciones de tráfico aéreo, con el objetivo de lograr una implementación total para el año 2028.
Aunque no se ha divulgado un presupuesto oficial, una estimación previa de la Cámara de Representantes situó el posible costo en aproximadamente 12,500 millones de dólares. Esta reforma se considera urgente debido a incidentes recientes, como la colisión aérea en Washington D.C. en enero, que dejó 67 muertos.
Durante su anuncio, el presidente Trump aseguró que el nuevo sistema "revolucionará la aviación" e incluso podría reducir la dependencia de los pilotos humanos. Sin embargo, reconoció que "siempre serán necesarios".
La propuesta necesitará la aprobación del Congreso y un respaldo financiero significativo. Desde 2003, el país ha invertido más de 14,000 millones de dólares en intentos de modernización sin lograr cambios estructurales profundos.
El desafío, según los expertos, será mantener el sistema actual en funcionamiento mientras se realiza la transición a una nueva plataforma tecnológica. Esta reforma llega después de fallos recientes, como el colapso del radar en el aeropuerto de Newark, que provocó cancelaciones masivas y evidenció la urgencia de una transformación.