
El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció este martes que la vacuna contra el COVID-19 ya no será recomendada para niños sanos ni para mujeres embarazadas dentro del calendario oficial de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Kennedy calificó la decisión como una medida de “sentido común” y criticó que el gobierno anterior promoviera la vacunación en menores sin, según él, contar con suficiente respaldo de datos clínicos sobre la eficacia de los refuerzos en este grupo.
La decisión ha generado debate debido al historial del propio Kennedy, conocido por sus posturas escépticas frente a las vacunas. Aunque ha negado ser antivacunas, su nombramiento como secretario de Salud fue uno de los más polémicos del actual Gobierno de Donald Trump.
Kennedy afirmó que la medida busca revisar críticamente las estrategias sanitarias adoptadas durante la pandemia, y que no significa una prohibición, sino una actualización en las recomendaciones federales sobre vacunación.
Además, informó que su departamento trabaja en el desarrollo de una “vacuna universal” basada en virus desactivados, un enfoque que contrasta con las tecnologías de ARN mensajero utilizadas en los últimos años.
Este nuevo proyecto reemplazaría a “NextGen”, un plan de vacunas de nueva generación impulsado por la administración anterior y valorado en 5,000 millones de dólares, al que el actual Departamento de Salud ha calificado como un “despilfarro”.
La medida se da en el contexto de los cinco años desde el inicio de la pandemia, y en un momento en el que la situación del COVID-19 ha pasado a un estado de vigilancia endémica, con menor urgencia sanitaria, pero con atención permanente.