Por segundo día consecutivo, más de 1.000 vuelos fueron cancelados en Estados Unidos debido a la reducción del tráfico aéreo ordenada por la Administración Federal de Aviación (FAA), en medio del cierre prolongado del Gobierno federal, que ha dejado sin pago a miles de empleados esenciales.
De acuerdo con el portal FlightAware, este sábado se registraron 1.008 cancelaciones y más de 3.700 retrasos, afectando aeropuertos clave como JFK y Newark (Nueva York), Chicago, Atlanta, Dallas, Denver y Miami, entre otros.
La escasez de controladores aéreos ha obligado al Departamento de Transporte a reducir hasta un 10 % las operaciones en 40 aeropuertos, con la posibilidad de aumentar el recorte al 20 % si el cierre continúa.
“La situación podría empeorar si no se resuelve antes del martes”, advirtió Sean Duffy, secretario de Transportes, al confirmar que los controladores no recibirán su próximo pago si el Gobierno sigue cerrado.
Según la FAA, unos 2.000 controladores se han ausentado de sus puestos, lo que ha llevado a suspensiones temporales de operaciones en Chicago y Nueva York, con demoras que superan las cuatro horas en algunos vuelos.

Las aerolíneas más afectadas son American Airlines, United, Delta, JetBlue y Southwest, mientras que los pasajeros enfrentan incertidumbre y largas esperas.
“Viajar ya es bastante estresante; si a eso se suman estas interrupciones, todo se vuelve mucho más complicado”, expresó Heather Xu, una pasajera citada por AP.
El problema amenaza con un efecto dominó en la economía. Expertos advierten que las demoras podrían incrementar los costos logísticos, afectar la temporada navideña y reducir los ingresos del turismo y los gobiernos locales.