
Estados Unidos volvió a presionar al Gobierno de Nicaragua este viernes al exigir la liberación inmediata de “todos los presos políticos”, a quienes considera víctimas de detenciones arbitrarias bajo el mando de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Washington calificó al gobierno nicaragüense como una “dictadura” y advirtió que mantiene una vigilancia estrecha sobre la situación.
En un mensaje difundido por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, EE. UU. señaló el sufrimiento de las familias cuyos parientes permanecen encarcelados o desaparecidos.
“En estas fiestas, demasiados nicaragüenses verán en sus mesas asientos vacíos donde deberían estar sus seres queridos, mujeres y hombres detenidos injustamente o desaparecidos arbitrariamente por la dictadura Murillo-Ortega”, indicó el mensaje.
La oficina añadió: “Su dolor e incertidumbre son un recordatorio diario de la inhumanidad del régimen. Liberen ya a todos los presos políticos nicaragüenses. Los Estados Unidos están vigilando”.
Organizaciones independientes contabilizan al menos 62 personas presas por motivos políticos, incluyendo 18 adultos mayores y 28 catalogados como “desaparecidos forzados”, según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas y la CIDH.
Entre los detenidos figuran figuras históricas como el excomandante sandinista Henry Ruiz, el general en retiro Álvaro Baltodano y líderes indígenas como Brooklyn Rivera Bryan. También están encarcelados varios militares retirados y defensores comunitarios.
Las críticas estadounidenses se intensificaron días después de que el presidente Donald Trump afirmara que Nicaragua, junto a Cuba y Venezuela, ha sido “tomada por narcoterroristas”. Su gobierno evalúa imponer aranceles de hasta 100 % y suspender a Managua del DR-Cafta por violaciones a derechos humanos y prácticas laborales “irrazonables”.
En febrero, el secretario de Estado Marco Rubio calificó a Nicaragua como uno de los “enemigos de la humanidad”, acusando al gobierno sandinista de consolidar una dinastía familiar y perseguir a la Iglesia Católica y a todo sector que represente una amenaza para su poder.