El Gobierno de Estados Unidos admitió oficialmente su responsabilidad en la colisión en pleno vuelo entre un helicóptero militar y un avión comercial ocurrida a las afueras de Washington, un accidente que dejó 67 personas fallecidas y se convirtió en el siniestro aéreo comercial más mortífero en el país en varias décadas.
La admisión figura en un documento judicial presentado por el Departamento de Justicia, en el marco de una demanda civil interpuesta por familiares de una de las víctimas contra el Gobierno y las aerolíneas involucradas.
En el texto, de 209 páginas y citado por la AFP, el Ejecutivo reconoce que incumplió su “deber de cuidado” y que esa omisión fue una causa directa del trágico accidente.
El escrito marca un giro relevante en el proceso legal y abre el camino para posibles indemnizaciones, mientras continúan las investigaciones técnicas sobre lo ocurrido.
La colisión tuvo lugar el 29 de enero, cuando un avión de American Eagle procedente de Wichita, Kansas, se aproximaba a la pista del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. En ese momento, un helicóptero militar Black Hawk, operado por el Ejército estadounidense, impactó contra la aeronave comercial.
Tras el choque, ambas aeronaves cayeron al río Potomac, provocando la muerte de todos sus ocupantes. El siniestro obligó a suspender temporalmente las operaciones en el aeropuerto y generó una amplia revisión de los protocolos de seguridad aérea en la zona.
En los documentos judiciales, el Gobierno reconoció que los pilotos del helicóptero no mantuvieron la vigilancia necesaria para “ver y evitar” otras aeronaves, lo que constituyó una causa directa del accidente.
Además de los errores de la tripulación militar, el Departamento de Justicia admitió actuaciones indebidas por parte de un controlador aéreo del aeropuerto Reagan, al señalar que no se cumplieron regulaciones federales establecidas para este tipo de operaciones.
Una investigación preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ya había apuntado a fallos en instrumentos y problemas de comunicación como factores contribuyentes. La pesquisa definitiva continúa en curso y el informe final, que podría tardar hasta un año, aún no ha sido publicado.