El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) informó este lunes que 646 inmigrantes indocumentados fueron arrestados en Houston, Texas, y sus alrededores durante operativos realizados entre el 23 de febrero y el 2 de marzo.
Según el comunicado oficial, las redadas fueron llevadas a cabo en colaboración con otras fuerzas del orden, resultando en la detención de 543 personas con antecedentes criminales, incluyendo siete miembros de pandillas.
Las autoridades migratorias continúan con estos operativos para identificar y procesar a individuos con historial delictivo, en el marco de las políticas de seguridad y control fronterizo en Estados Unidos.
Entre los detenidos, según la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés), figuran 140 inmigrantes indocumentados acusados o condenados por "delitos graves o violentos" como homicidio, agresión agravada o violencia doméstica; 34 acusados o condenados por "delitos sexuales o contra menores" como agresión sexual agravada a un menor, posesión de pornografía infantil o violación.
Además, figuran 38 detenidos condenados por delitos relacionados con armas de fuego, como porte ilegal, entre otros.
El operativo también permitió la detención de cerca de 200 inmigrantes indocumentados "acusados o condenados por delitos relacionados con narcóticos como tráfico de drogas o posesión de sustancias controladas".
"En los últimos años, algunos de los fugitivos más peligrosos del mundo, miembros de pandillas transnacionales e indocumentados con antecedentes criminales han aprovechado la crisis en la frontera sur para ingresar a Estados Unidos", señaló Bret Bradford, directivo de ICE en Houston.
Una de las comunidades afectadas por las recientes redadas encabezadas por ICE es Colony Ridge, un poblado al norte de Houston con una población de más de 400.000 personas, predominantemente de origen hispano.
Esa zona ha captado la atención del Partido Republicano desde hace al menos dos años, tras un tiroteo que causó cinco víctimas mortales perpetrado por un individuo sin estatus migratorio legal en el país.
A partir de ese incidente, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha descrito a la comunidad como una zona "al margen de la ley" y repetido, sin mostrar pruebas, que allí existen bandas criminales que reciben financiamiento de carteles mexicanos.
El área se ha convertido también en objeto de señalamientos por parte de analistas y políticos republicanos, quienes la califican como una "colonia" de indocumentados.