
A medida que se acercan las fiestas navideñas, los aeropuertos del país se llenan de abrazos, sonrisas y emociones: miles de dominicanos que viven en el extranjero regresan a la República Dominicana para pasar la Navidad y el Año Nuevo con sus familias.
Muchos arriban a través del Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA), procedentes de ciudades con fuerte presencia dominicana como Nueva York, Miami, Boston, Orlando y San Martín. Expresaron que llegaron al país para pasar estas festividades en compañía de sus seres queridos y disfrutar plenamente del ambiente navideño.
“La quiero pasar en familia, disfrutarla mucho”, comentó una pasajera recién llegada. Otro viajero sostuvo: “Con mi familia, con mis hijos, con mi país y con mi gente”, destacando que la celebración navideña adquiere un significado especial cuando se vive en su tierra.
Para muchos, el reencuentro también es una oportunidad para reconectar con su origen y disfrutar las costumbres que tanto han extrañado. “Soy sureña, de Barahona, y lo primero que quiero hacer es compartir y pasear un poquito”, expresó otra dominicana visiblemente emocionada.
Los dominicanos que regresaron al país este miércoles para pasar las festividades navideñas expresaron la emoción de volver a disfrutar de las comidas tradicionales que tanto extrañaban. Algunos aseguraron que, pese a la distancia, nunca dejaron de pensar en los sabores típicos de su tierra, siendo el cerdo asado uno de los alimentos más añorados. Al reencontrarse con sus familias, destacaron que nada se compara con el ambiente navideño dominicano y la calidez que transmite cada plato.
“Comer mucha carne de puerco y con toda la familia”, dijo un pasajero entre risas. Mientras que otro destacó: “Comer, estar con mis nietos, dormir bien y luego regresar al trabajo”, reafirmando que el descanso y la compañía familiar son prioridades en estos días festivos.
El regreso es, para muchos, la promesa de volver a reunir a la familia tras años de distancia. Para otros, la oportunidad de reconectar con sus raíces, compartir alegrías y recargar fuerzas en su tierra.