
Cientos de haitianos despidieron entre lágrimas a las víctimas del ataque con drones ocurrido el pasado 20 de septiembre en Cité Soleil, un barrio marginal de Puerto Príncipe controlado por la coalición de pandillas Viv Ansanm, considerada por Estados Unidos como una organización terrorista extranjera.
El ataque, dirigido presuntamente contra un líder criminal, dejó nueve muertos y 17 heridos, según informó Médicos Sin Fronteras, que atendió a las víctimas en sus hospitales. La violencia golpeó a familias enteras: entre los fallecidos hay cuatro niños, lo que ha provocado una ola de indignación y temor en la comunidad.
Durante el funeral celebrado este sábado, el ambiente se tornó caótico cuando un pájaro fue confundido con un dron, desatando el pánico entre los asistentes. Muchos corrieron en busca de refugio, aún marcados por el trauma del ataque.
El martes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la creación de una Fuerza de Supresión de Pandillas, de 5,550 miembros, que sustituirá a la actual misión multinacional dirigida por Kenia, y contará con poder para arrestar a presuntos criminales.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, las pandillas controlan el 90 % de la capital haitiana, expandiendo el caos hacia zonas rurales. La violencia ha dejado más de 1.3 millones de desplazados, mientras el hambre y la pobreza se agravan en un país que lleva más de cuatro años sin presidente.