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La vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dháruelly D’Aza, explicó este martes en “El Matutino de la 91” que la reforma general “Déjala ir” tiene como objetivo reducir en un 30% los feminicidios y filicidios para el año 2030, y erradicar estos crímenes para el 2035.
D’Aza señaló que “estas reformas, que son 18 en total, buscan atacar las causas estructurales de la violencia de género y familiar”, de las cuales seis corresponden a modificaciones de leyes vigentes y el resto son nuevas propuestas. Indicó que, entre las más relevantes, se encuentra la modificación a la Ley 176-07, que rige los ayuntamientos, con la finalidad de acercar los mecanismos de denuncia y atención ciudadana a los gobiernos locales.
La diputada también destacó una iniciativa orientada al ámbito de la salud, enfocada en los casos de violencia relacionados con el consumo de alcohol y drogas.
Explicó que se contempla “una ley nueva que tenga un registro de personas que cometan actos violentos bajo el uso de estas sustancias”, con el fin de ofrecer un acompañamiento integral que combine la sanción penal con tratamiento para la dependencia.
D’Aza mencionó además la creación del Registro Unificado para Agresores Reincidentes (RUVIT), y precisó que la reforma “no solo busca castigar el acto como tal, sino prevenirlo”.
Dijo que para ello, incluye medidas de educación y prevención desde las escuelas, hogares e iglesias, con el propósito de cambiar los patrones culturales que alimentan la violencia de género.
Consultada sobre la persistencia de patrones machistas, D’Aza explicó que la reforma aborda más de 30 causas de violencia intrafamiliar identificadas en estudios nacionales, entre ellas el control psicológico, la dependencia económica y la falta de atención en salud mental.
“El machismo, el control y la dependencia son factores que alimentan esta problemática; por eso la reforma plantea acciones para fortalecer el empoderamiento económico y emocional de la mujer”, indicó.
Subrayó que las medidas buscan un enfoque integral que beneficie tanto a las mujeres urbanas como rurales, promoviendo su autonomía, acceso a servicios de salud mental y oportunidades laborales.
“Estas reformas están pensadas para atacar esas más de 30 causas que en los estudios que nosotros pudimos hacer en las mesas de trabajo encontramos como fuente de violencia”, puntualizó D’Aza.