
David Allvin, actual jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea estadounidense, ha anunciado que dejará su cargo en noviembre, una decisión sorpresiva ya que aún le quedan dos años de mandato. Su salida marca la quinta baja significativa en el alto mando militar desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero.
El comunicado fue publicado este lunes sin que se mencionaran las razones detrás de su retiro anticipado. No obstante, The Washington Post —citando fuentes anónimas— reveló que la decisión estaría vinculada a una directriz del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien busca "una orientación distinta" al frente de la Fuerza Aérea.
Según ese medio, Allvin habría sido notificado la semana pasada de que se le solicitaría el retiro. A pesar de ello, el propio Allvin confirmó en su nota que se mantendrá en funciones de forma interina hasta que se nombre a su sucesor.
"Aunque planeo retirarme en noviembre, seguiré en el puesto de manera interina hasta que se me designe un reemplazo."
Desconcierto
La salida de Allvin ha generado desconcierto, especialmente porque el general había sido un defensor visible de las propuestas de Hegseth, incluyendo la modernización del armamento militar y la reestructuración del Pentágono con recortes de personal.

La remoción de Allvin se suma a una serie de reemplazos en las filas de mando de las fuerzas armadas. En enero, el Gobierno de Trump ordenó la destitución de Linda Fagan, comandante de la Guardia Costera.
Un mes más tarde, C.Q. Brown fue reemplazado como jefe del Estado Mayor Conjunto, al igual que Lisa Franchetti, entonces al mando de Operaciones Navales. En abril, también se cesó al jefe del Comando Cibernético, Timothy Haugh.
La cadena de salidas está alimentando críticas y especulaciones sobre una purga sistemática dentro del liderazgo militar para alinear a las Fuerzas Armadas con la nueva visión política del Ejecutivo.