
Agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim) desinstalaron este lunes un conjunto de cámaras de videovigilancia colocadas por presuntos delincuentes en el sector Guachupita, del Distrito Nacional, con el fin de monitorear los movimientos de la Policía Nacional.
El operativo se realizó en la calle Ramón Matías Mella, donde más de 15 miembros de la Dicrim fueron vistos utilizando escaleras móviles para retirar los dispositivos instalados en postes eléctricos, tras la publicación de un reportaje de Listín Diario que documentó el uso de estas cámaras por parte de grupos delictivos.
Según las denuncias de comunitarios y de los propios agentes, los delincuentes utilizaban las cámaras para vigilar patrullas, anticipar operativos y detectar posibles ataques de bandas rivales.
El sistema fue descubierto el 28 de septiembre, durante la persecución de dos jóvenes identificados como Johan Adón (19 años) y Andrés Jesús Espinal Pérez, alias “Mazazo” (21 años), quienes estaban atrincherados y armados en una vivienda de la zona.
Vecinos del sector aseguraron que las cámaras permanecieron activas ocho días después del arresto, pese a que los organismos de seguridad conocían su existencia.
“Después de que se los llevaron, por aquí no ha regresado ningún policía a tumbar las cámaras, y ellos saben para qué eran”, expresó un residente bajo condición de anonimato por temor a represalias.
El uso de sistemas de videovigilancia por parte de bandas delictivas no es un fenómeno aislado. Reportes periodísticos han documentado al menos cuatro casos similares en Sánchez Ramírez, San José de Ocoa, El Seibo y el propio Distrito Nacional.