La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica no transmisible que afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, es una de las enfermedades más antiguas en ser reconocida: se cuentan con registros escritos que se remontan al año 4000 a.C.
La epilepsia se caracteriza por convulsiones recurrentes, que son episodios breves de movimiento involuntario que pueden involucrar una parte del cuerpo (parcial) o todo el cuerpo (generalizado) y en ocasiones se acompañan de pérdida de conciencia y control de la función intestinal o vesical.
No todas las convulsiones se deben a la epilepsia, señaló la Sociedad de Epilepsia del Reino Unido. “Otras afecciones que pueden parecerse a la epilepsia incluyen los desmayos o cuando las personas con diabetes tienen niveles bajos de azúcar en la sangre y sufren una convulsión diabética”, explicó la entidad.
De acuerdo a la Sociedad de Epilepsia del Reino Unido las convulsiones epilépticas se originan en el cerebro.
“Este órgano tiene millones de neuronas que controlan nuestra forma de pensar, movernos y sentir. El cerebro utiliza señales eléctricas para enviar mensajes de una neurona a otra. Si los mensajes se interrumpen o las señales eléctricas no se desactivan cuando ya no son necesarias, esto puede causar una breve alteración en el funcionamiento del cerebro. Esta interrupción o acumulación de señales eléctricas puede causar una convulsión”, describió la sociedad.
Tener una sola convulsión no significa sufrir de epilepsia, señaló la Clínica Mayo. “La epilepsia se diagnostica si se sufren, al menos, dos convulsiones no provocadas con 24 horas de diferencia. Las convulsiones no provocadas no tienen una causa clara”.
Los síntomas de las convulsiones varían según el tipo de convulsión. Dado que la epilepsia se debe a cierta actividad en el cerebro, las convulsiones pueden afectar cualquier proceso cerebral. Algunos de los síntomas de las convulsiones pueden incluir los siguientes según la Clínica Mayo:
Las convulsiones se clasifican como focales o generalizadas, según cómo y dónde comienza la actividad cerebral que las causa, explicó la clínica. Las convulsiones que aparentemente se producen a causa de la actividad en una sola parte del cerebro se denominan convulsiones focales. En cambio, las que se producen en todas las áreas del cerebro se denominan convulsiones generalizadas.
Algunas personas con convulsiones focales experimentan señales de alarma momentos antes de tener una convulsión. Estas señales se conocen como aura.
“Las señales de alarma pueden ser una sensación en el estómago o emociones, como el miedo. Algunas personas tienen experiencias de déjà vu. Las auras también pueden ser un sabor o un olor. Pueden ser visuales, como una luz fija o intermitente, un color o una figura. Algunas personas pueden tener mareos o perder el equilibrio. Otras pueden ver cosas que no son reales, lo que se conoce como alucinaciones”, describió Clínica Mayo.
La Clínica Mayo indicó que el tratamiento adecuado puede ayudar a las personas con diagnóstico de epilepsia a tener menos convulsiones o incluso a detenerlas por completo. Algunos posibles tratamientos son:
Se estima que alrededor del 20% de los pacientes diagnosticados con epilepsia enfrentan resistencia ante las terapias farmacológicas convencionales disponibles. Cuando el tratamiento con dos o más medicamentos antiepilépticos no es eficaz para evitar las múltiples convulsiones, estos casos se denominan epilepsia refractaria o fármaco resistentes. Para ellos, un estudio argentino confirmó que el cannabidiol ayuda a reducir las convulsiones en los niños.
La Liga Suiza contra la Epilepsia señaló que es casi imposible detener una convulsión una vez que ha comenzado. “Lo más importante es evitar que la persona que la sufre se lastime”, destacó.
Y describió una crisis epiléptica grave: “La persona pierde el conocimiento y cae al suelo. Su cuerpo se pone rígido y experimenta sacudidas y temblores. Estos movimientos suelen ser intensos. Una convulsión suele durar de uno a dos minutos. Es poco común que dure más, pero podría durar solo unos segundos. Algunas personas se sienten confundidas después de una convulsión y necesitan descansar o dormir”, detalló la entidad.
¿Qué se debe hacer?
Lo que no se debe hacer durante la convulsión:
Después de la convulsión:
Por lo general no es necesaria la ayuda médica a menos que:
Durante otros tipos de convulsiones, por ejemplo, las que implican confusión, torpeza, ausencias, etc., mantener la calma y acompañar a la persona hasta que la convulsión termine. Luego, decirle cuánto duró la convulsión y qué sucedió.
Fuente: Infobae