
Un reporte preliminar publicado este lunes por las autoridades surcoreanas informaron que ambos motores del avión Boeing 737-800 de la aerolínea Jeju Air, que se estrelló el 29 de diciembre en el Aeropuerto Internacional de Muan, contenían restos de ADN de cerceta del Baikal, una especie de pato migratorio que viaja a Corea del Sur durante el invierno.
No obstante, la investigación aún no ha determinado las causas exactas del que ha sido catalogado como el accidente aéreo más grave en suelo surcoreano.
El documento, de seis páginas, fue emitido un mes después del siniestro y detalla que el vuelo procedente de Bangkok realizó un aterrizaje de emergencia sin desplegar el tren de aterrizaje, sobrepasando la pista del aeropuerto de Muan y colisionando contra un muro de concreto que albergaba equipo de navegación conocido como localizadores. Este incidente resultó en la muerte de 179 de las 181 personas a bordo, incluidos miembros de la tripulación.
“Ambos motores quedaron enterrados en el montículo de tierra del terraplén, y la parte frontal del fuselaje quedó dispersa entre 30 y 200 metros del punto de impacto”, detalló el informe, que incluyó nuevas imágenes del lugar del accidente.
Los localizadores, que asisten en la guía de las aeronaves durante su aproximación a la pista, estaban instalados en una estructura de concreto reforzado. Según expertos citados en el informe, esta infraestructura pudo haber contribuido al elevado número de víctimas mortales.
Los investigadores ahora planean desensamblar los motores, examinar los componentes a fondo, analizar los datos de vuelo y de control aéreo, así como investigar el terraplén y los localizadores para determinar si la colisión con aves migratorias desempeñó un papel crucial en el siniestro.
“Estas actividades de investigación exhaustiva tienen como objetivo determinar con precisión la causa del accidente”, señala el informe.
El documento también detalla que los pilotos eran conscientes de la presencia de una bandada de aves durante la aproximación final. Si bien no se ha confirmado el momento exacto en que los pilotos reportaron el impacto con aves, el documento confirma que se emitió una declaración de emergencia (“Mayday x 3”) debido a un choque con aves durante un intento de frustrar el aterrizaje.
Los datos disponibles muestran que, en el momento en que las grabadoras de la cabina de vuelo dejaron de funcionar, el avión volaba a una altitud de 152 metros y a una velocidad de 298 km/h, a aproximadamente 2 kilómetros de la pista.
El documento, elaborado por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación y Ferrocarriles de Corea del Sur, fue compartido con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), así como con Tailandia, Estados Unidos y Francia, los países de origen del fabricante del avión y de los motores.
De acuerdo con el reglamento de la OACI, las autoridades deben emitir un informe preliminar en los primeros 30 días tras un accidente, mientras que el informe final debería publicarse en un plazo de 12 meses.
La caja negra
Según los investigadores, la caja negra del avión dejó de grabar a las 8:58:50 de la mañana del 29 de diciembre, cuatro minutos y siete segundos antes de que el avión colisionara con un localizador cerca de la pista.
El Ministerio de Transporte surcoreano señaló que, aunque los datos de las cajas negras son fundamentales para la investigación del accidente, no son las únicas fuentes de información disponibles.
Las autoridades surcoreanas continuarán analizando registros de tráfico aéreo, grabaciones de video del accidente y los restos encontrados en el lugar del siniestro.
El accidente, del cual solo sobrevivieron dos miembros de la tripulación, ha llevado a la aerolínea Jeju Air a reducir sus vuelos desde Busan (suroeste del país) durante el primer trimestre, con el fin de reforzar sus operaciones de mantenimiento de aeronaves, en medio del escrutinio sobre las causas del siniestro.