La política migratoria de Donald Trump, se perfila como uno de los temas más relevantes en la agenda de la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a celebrarse el próximo miércoles en Honduras.
Desde la investidura de Trump el pasado 20 de enero, se han registrado más de 113,000 arrestos y al menos 100,000 deportaciones, afectando a buena parte de los 33 países miembros de la Celac, ya sea por el retorno masivo de sus nacionales o por la recepción de ciudadanos de terceros países en vuelos de repatriación.
La frontera sur de EE. UU. con México ha experimentado un descenso histórico en los cruces irregulares: en marzo de 2025 solo se contabilizaron 7,180 migrantes, frente a los 137,480 del mismo mes en 2024.
México, que ha confirmado la participación de su presidenta Claudia Sheinbaum en la cumbre, ha recibido en las primeras ocho semanas de esta nueva administración más de 24,400 deportados, entre ellos cerca de 4,600 ciudadanos extranjeros, principalmente venezolanos, que ahora buscan retornar al sur del continente tras ver frustrado su intento de llegar a EE. UU.
Aunque las “deportaciones masivas” prometidas por Trump aún no han impactado con la misma intensidad en países del Triángulo Norte, Guatemala, El Salvador y Honduras, la preocupación crece ante la posibilidad de que estos flujos aumenten en los próximos meses, afectando regiones con altos niveles de pobreza, desempleo y violencia estructural.