
El Instituto de Meteorología (Insmet) de Cuba pronosticó una actividad ciclónica "activa" en 2025, con un 50% de probabilidad de que la isla sea impactada por un huracán.
Sin embargo, considera que el riesgo es mayor, con un 70%, en el caso de una posible tormenta tropical, según informaron este miércoles medios estatales.
El informe del tiempo para la próxima temporada de ciclones en el océano Atlántico, que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, advierte sobre la formación de quince ciclones tropicales, de los cuales ocho podrían alcanzar la categoría de huracán.
El Insmet detalla que, de este total, diez ciclones se desarrollarán en el Atlántico, tres en el mar Caribe y dos en el golfo de México.
Además, se estima que las probabilidades de que al menos un huracán se forme e intensifique en el Caribe son "altas" (75%), mientras que la posibilidad de que un huracán del Atlántico ingrese al Caribe es "moderada" (50%).
El Centro de Pronósticos del Insmet señala que la temperatura de la superficie del mar en la franja tropical del Atlántico Norte y el mar Caribe continúa registrando valores elevados, aunque no tan altos como en la temporada ciclónica de 2024.
Asimismo, se menciona como otro factor relevante el actual evento de La Niña Oscilación del Sur (AENOS), que es de carácter débil y dará paso a condiciones neutrales en el océano Pacífico, las cuales se prevé que se mantengan durante el resto del año.
En la temporada ciclónica de 2024, se registraron siete tormentas tropicales y once huracanes, de los cuales cinco alcanzaron la categoría 3 o superior, en una escala que llega hasta cinco según Saffir-Simpson. Dos de estos fenómenos meteorológicos causaron un fuerte impacto en Cuba.
El 20 de octubre, el huracán Óscar tocó tierra en Guantánamo (extremo este) como un huracán de categoría 1, con vientos de hasta 130 km/h. Posteriormente se degradó a tormenta tropical, dejando ocho fallecidos, daños a 12,000 viviendas, inundaciones que aislaron comunidades y pérdidas en la agricultura, entre otros estragos.
Unas dos semanas después, el huracán Rafael, de categoría 3, afectó el occidente cubano, especialmente la provincia de Artemisa, con vientos sostenidos de 185 km/h. También impactó a La Habana y Mayabeque, provocando el colapso total del sistema eléctrico nacional, lo que afectó a 10 millones de personas.