
Cuba dio un giro histórico al autorizar por primera vez en más de seis décadas que empresas privadas, nacionales y extranjeras, patrocinen equipos y federaciones deportivas en la isla. La medida quedó evidenciada tras la filtración de un documento oficial que detalla los paquetes de patrocinio disponibles para la liga cubana de béisbol, gesto que rompe con el tabú impuesto desde la eliminación del profesionalismo en 1962.
El documento —confirmado a EFE por la firma estatal Cubadeportes, responsable de los derechos comerciales del deporte cubano— presenta diversas opciones de patrocinio para toda una temporada, con tarifas que varían según la visibilidad de la marca en uniformes, estadios, transmisiones televisivas o menciones durante los juegos. Los paquetes más altos alcanzan los 71,25 millones de pesos cubanos, equivalentes a unos 593.750 dólares.

Cubadeportes informó que las ofertas fueron aprobadas poco después del inicio de la liga en septiembre y que esperan concretar los primeros acuerdos para la etapa de playoffs. Esta apertura se ampara en la Ley de Comunicación Social de 2023, que permite el patrocinio en medios estatales y otras instituciones.
El Gobierno busca que los ingresos ayuden a mejorar los salarios de los peloteros —actualmente por debajo del promedio nacional— y a rehabilitar las instalaciones deportivas. Además del documento filtrado, existen otras propuestas dirigidas a empresas extranjeras y planes para habilitar patrocinios individuales y para selecciones nacionales.
La noticia coincidió con otra controversia surgida en redes: el caso de un empresario privado de Holguín que incentivó económicamente a los jugadores del equipo local, duplicando en algunos casos sus salarios. Aunque inicialmente las autoridades advirtieron que estos pagos podían considerarse irregulares, luego se acercaron al empresario para buscar una vía legal que permita continuar con el apoyo.
Fuentes de Cubadeportes esperan que, tras el debate generado, la nueva normativa se normalice pese a que su aplicación llega con la temporada casi concluida. La apertura al patrocinio marca un cambio profundo en la forma en que Cuba concibe la relación entre deporte y financiamiento privado.