El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) sufrió una fuerte caída del 6,64 % este jueves, cerrando en 66,95 dólares por barril. La baja se atribuye al sorpresivo anuncio de la OPEP+ sobre el incremento de su producción y a los aranceles globales anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Al cierre de la jornada en la Bolsa Mercantil de Nueva York, los contratos de futuros del WTI para entrega en mayo perdieron 4,76 dólares en comparación con la sesión anterior.
Ocho países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluyendo Arabia Saudí, Rusia e Irak, comunicaron que en mayo aumentarán su producción en 411.000 barriles diarios. Esta decisión ejerce aún más presión sobre los precios del crudo, que ya estaban afectados por las recientes medidas comerciales de EE.UU.
Según el comunicado del grupo, este incremento equivale a tres aumentos mensuales y se basa en unas "perspectivas positivas del mercado" y su aparente estabilidad.
A esto se suman las preocupaciones sobre el impacto de los aranceles anunciados por Trump, que han generado incertidumbre en los mercados energéticos a nivel global. Aunque la Casa Blanca aseguró que las importaciones de petróleo, gas y productos refinados no estarán sujetas a los nuevos impuestos, el temor a una guerra comercial ha aumentado la volatilidad.
El plan de aranceles globales de Trump impone un 10 % en general, con tasas más altas para países y bloques que, según Washington, aplican mayores restricciones a los productos estadounidenses.
La posibilidad de una desaceleración económica preocupa a los inversores, y entidades como JP Morgan han advertido que estas medidas podrían llevar a EE.UU. a una recesión.
Dado que un menor crecimiento económico suele traducirse en una reducción de la demanda de petróleo, los analistas anticipan un impacto prolongado en los precios.
El analista Tom Essaye destacó en su informe diario de Sevens Report que las tendencias actuales en el mercado del petróleo siguen empujando los precios a la baja.
"El riesgo de que en 2025 surja un excedente físico en el mercado de petróleo hace que las perspectivas para los precios sean, en el mejor de los casos, neutras, con un sesgo cada vez más bajista", señala Essaye.
Si bien las tensiones geopolíticas han mostrado señales de moderación, el creciente temor a una ralentización económica mundial podría mantener la presión sobre los precios del crudo en el corto y mediano plazo.