Una revisión reciente de estudios científicos advierte que el consumo elevado de alcohol incrementa de forma significativa el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer. Los hallazgos fueron publicados en la revista Cancer Epidemiology y cobran relevancia en vísperas de celebraciones como Navidad y Año Nuevo.
La investigadora principal Lea Sacca, profesora adjunta de salud poblacional en la Florida Atlantic University (FAU), explicó que el análisis mostró una relación directa entre la cantidad de alcohol ingerida y el aumento del riesgo de cáncer. “Un mayor consumo se asoció de manera constante con un mayor riesgo”, indicó.

El estudio analizó datos de 62 investigaciones previas, con muestras que alcanzaron hasta casi 100 millones de personas. Los resultados evidenciaron un aumento del riesgo, especialmente en cáncer de mama, colon, hígado, boca, garganta y tracto gastrointestinal.

Además, los investigadores señalaron que el consumo de alcohol también reduce las probabilidades de supervivencia en personas que ya padecen cáncer.
Según el estudio, quienes siguen las pautas de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS) presentan un menor riesgo de desarrollar o morir por cáncer. La ACS recomienda limitar el consumo a un máximo de dos bebidas diarias en hombres y una en mujeres.
Los investigadores advirtieron que el riesgo es aún mayor en afroamericanos, personas con predisposición genética al cáncer y quienes padecen obesidad o diabetes. También influyen factores como la edad, el tabaquismo, los antecedentes familiares y las condiciones socioeconómicas.

El análisis encontró que el vino blanco y la cerveza se asociaron con un mayor riesgo de ciertos cánceres, mientras que el licor no mostró la misma relación en algunos casos. Asimismo, el consumo frecuente elevó el riesgo en hombres, mientras que en mujeres el riesgo aumentó con episodios de consumo excesivo ocasional.

Expertos explican que el alcohol puede dañar el ADN, alterar hormonas, provocar estrés oxidativo, debilitar el sistema inmunológico y facilitar la absorción de carcinógenos. Estos efectos se agravan cuando existen enfermedades previas o factores genéticos.
Los investigadores concluyen que el riesgo de cáncer no depende solo del consumo de alcohol, sino de una interacción compleja de factores biológicos, conductuales y sociales. En ese sentido, la prevención efectiva requiere no solo moderar el consumo, sino también mejorar hábitos de vida y condiciones de salud en general.

La Sociedad Americana del Cáncer ofrece orientación adicional sobre la relación entre alcohol y cáncer.
Fuente: Infobae.