
Los bastones utilizados por personas ciegas o con discapacidad visual no solo sirven como guía, también transmiten información clave a la sociedad sobre la condición de quien los porta. Cada color tiene un significado específico que ayuda a promover respeto, empatía e inclusión.
El bastón blanco es el más conocido y usado a nivel mundial, pues identifica a las personas con ceguera total. Su visibilidad permite que los demás reconozcan la necesidad de apoyo o prioridad en la movilidad de quienes lo portan.

En cambio, el bastón verde indica que la persona tiene baja visión. En estos casos, el usuario puede distinguir sombras, luces o algunas figuras, pero no cuenta con una visión plena. Este color busca concienciar a la sociedad sobre la importancia de brindar espacio y precaución.

Otro caso es el bastón blanco con una franja roja, empleado por personas con sordoceguera (combinación de pérdida visual y auditiva). Este bastón alerta que la persona requiere un apoyo doble, tanto para su movilidad como para la comunicación.

En algunos países también se utiliza el bastón amarillo, aunque es menos común. Este color representa diversidad funcional visual distinta de la ceguera total y se promueve como un símbolo de inclusión y visibilidad en la vida cotidiana.

Expertos señalan que más allá de su uso como orientación física, los bastones son un medio de comunicación con el entorno. Cada color contribuye a derribar barreras sociales, fomentando solidaridad y comprensión hacia las personas con discapacidad visual.