
Los Cavaliers de Cleveland cerraron con contundencia su serie de primera ronda al derrotar al Miami Heat por 138-83, en una de las victorias más aplastantes jamás vistas en la postemporada de la NBA. La diferencia de 55 puntos en el marcador del cuarto partido selló la barrida 4-0 y convirtió la serie en la más dispareja en la historia de los playoffs, con un margen acumulado de 122 puntos.
Donovan Mitchell lideró la ofensiva con 22 puntos, mientras que De’Andre Hunter aportó 19. La superioridad de Cleveland fue tal que llegó a estar arriba por 60 puntos en el encuentro. Ty Jerome sumó 18 tantos, Evan Mobley 17, y Jarrett Allen brilló con 14 puntos, 12 rebotes y seis robos.
"Salimos decididos desde el principio", aseguró Mitchell tras el partido.
El margen de victoria no solo impactó por lo abultado, sino también por su lugar en la historia: es la cuarta mayor paliza registrada en un juego de playoffs. Solo tres equipos han ganado por más: Minneapolis en 1956, Denver en 2009 y los Lakers en 1973.
Por parte del Heat, Nikola Jovic fue el máximo anotador con 24 puntos, mientras que Bam Adebayo contribuyó con 13. Pelle Larsson y Andrew Wiggins añadieron 12 cada uno.
“Fue una lección de humildad total. Lo de estos últimos partidos fue vergonzoso”, reconoció el entrenador de Miami, Erik Spoelstra. “Pero hay que dar crédito a Cleveland: nos superaron completamente”.
Los Cavaliers ahora esperan rival para las semifinales del Este, que saldrá del duelo entre Indiana y Milwaukee, serie que por ahora dominan los Pacers 3-1. Cleveland tendrá la ventaja de local, y el primer encuentro de la próxima ronda no se jugaría antes del sábado.
“Personalmente, me viene muy bien tener unos días de descanso”, comentó Mitchell.
Esta eliminación marca la tercera ocasión en la que el Heat es barrido en una serie al mejor de siete, después de lo ocurrido en 2007 ante Chicago y en 2021 frente a Milwaukee.
Desde el inicio, Cleveland dejó claro que no había espacio para sorpresas. En el primer cuarto, ya ganaban 43-14, y Davion Mitchell puso la cereza con un triple sobre la bocina. El dominio fue tan abrumador que igualaron el peor margen en un cuarto sufrido por el Heat en playoffs, mientras que para los Cavs fue el segundo mejor en su historia.
Todo apuntaba a un enfrentamiento desigual desde el principio: un equipo que ganó 64 partidos y fue sólido líder del Este, contra uno que apenas clasificó tras superar el play-in.
“Hemos mostrado madurez, liderazgo y consistencia durante todo el año”, afirmó el técnico de los Cavaliers, Kenny Atkinson. “Este grupo no se deja llevar por altibajos. Es algo poco común”.
Con este nivel, Cleveland manda un mensaje claro al resto de la conferencia: están listos para más.