
Las importaciones de bebidas alcohólicas en la República Dominicana han mostrado altibajos, con la cerveza y el vino manteniendo su dominio en el mercado.
Durante esos ocho meses, el país importó 52.67 millones de litros de bebidas alcohólicas, lo que equivale a una caída del -7.98 % en comparación con los primeros ocho meses de 2024. De este volumen, el 69.67 % provino de tres categorías principales: cerveza, vino y alcohol etílico.
El último trimestre del año suele ser un periodo de alto consumo debido a las festividades de Navidad y Año Nuevo. Durante esta temporada, muchas personas incluyen bebidas alcohólicas en sus compras, ya sea para celebraciones familiares, sociales o empresariales.
En 2021, el mercado experimentó un fuerte repunte tras la reapertura económica, con un aumento del 96.21 % en el volumen importado, totalizando 96.44 millones de litros. Durante ese periodo, la cerveza, el vino y el whisky dominaron las importaciones, representando el 81.97 % del total.
Sin embargo, en 2022, el crecimiento se moderó, alcanzando solo un incremento del 0.55 %, con importaciones de 96.97 millones de litros. Aunque el aumento fue mínimo, la preferencia del consumidor dominicano se mantuvo, con cerveza, vino y whisky concentrando el 75.95 % de las importaciones.
El panorama cambió en 2023, cuando las importaciones cayeron un 12.88 %, situándose en 84.74 millones de litros. Factores como la inflación, el aumento de costos logísticos y la desaceleración económica afectaron el flujo de bebidas importadas. A pesar de esto, la cerveza, el vino y el whisky continuaron siendo los productos más demandados, con un 69.88 % del total.
El informe más reciente de la DGA indica que en 2024 las importaciones retomaron un crecimiento positivo del 2.31 %, alcanzando 86.70 millones de litros.
En general, el país muestra un mercado estable en los últimos seis años, aunque sensible a las condiciones económicas globales.
A pesar de las variaciones, la estructura de importación se mantiene centrada en tres grupos principales: cerveza, vino y destilados, que reflejan tanto la cultura de consumo local como la importancia de las celebraciones y el turismo en la demanda de bebidas alcohólicas.
El repunte observado en 2024 sugiere una recuperación gradual del consumo y una adaptación del sector a nuevas dinámicas, con un mayor peso de productos intermedios como el alcohol etílico, utilizado en la producción de bebidas nacionales. Si esta tendencia se mantiene, las importaciones podrían estabilizarse en torno a los 87 millones de litros anuales, consolidando al país como uno de los principales mercados de consumo de alcohol en el Caribe.