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La suspensión de ayuda exterior por parte del gobierno de EE.UU., impulsada por Donald Trump la semana pasada, empieza a generar impactos globales, y República Dominicana no es la excepción.
Varios programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) podrían verse afectados por esta decisión, que forma parte de las políticas de recorte presupuestario del nuevo gobierno republicano.
Para el actual año fiscal, el exsecretario de Estado Antony Blinken, había aprobado 42.7 millones de dólares en asistencia para salud, desarrollo, educación y entrenamiento militar en República Dominicana. Además, en agosto pasado, la USAID entregó más de 45 millones de dólares para fortalecer áreas clave como el crecimiento económico, democracia y derechos humanos, adaptación climática y seguridad sanitaria global.
Sin embargo, con la nueva directriz de Trump de priorizar el gasto interno, estas ayudas están en riesgo. La medida ya ha provocado despidos y el cierre de programas en distintas partes del mundo, dejando en incertidumbre la continuidad de estos fondos en el país.
Excepciones
El Departamento de Estado bajo el liderazgo de Marco Rubio concedió varias exenciones para garantizar la ayuda en áreas esenciales. En un primer momento, Rubio eximió los programas de alimentos de emergencia y a la ayuda militar a Israel y Egipto de la suspensión del gobierno, y el martes incluyó a programas que proporcionan medicinas vitales, servicios médicos, alimentos, refugio y asistencia de subsistencia.
La exención de Rubio no cubre programas que se ocupan del aborto, la planificación familiar, las conferencias o cualquier cosa relacionada con la diversidad, la equidad y la inclusión o la reasignación de género.
De acuerdo con la orden del presidente Donald Trump, la ayuda exterior será pausada por 90 días para darle tiempo a la administración de revisar cuáles de los miles de programas seguirán recibiendo dinero del país.