“Baby Shark” rompe récords en YouTube, pero su éxito masivo no se traduce en una gran fortuna

El impacto cultural de "Baby Shark" es global, pero las ganancias directas en YouTube son moderadas. Pinkfong busca capitalizar su éxito con licencias y productos derivados, pero sin alcanzar aún grandes franquicias.

Baby Shark Dance”, la pegajosa y mundialmente conocida canción infantil, se mantiene como el video más visto en la historia de YouTube. Desde su publicación en 2016, el clip ha acumulado un promedio diario de 4.7 millones de reproducciones y ya supera los 16.4 mil millones de visualizaciones, una cifra equivalente a la suma de los diez videos más populares de Taylor Swift en la plataforma.

El viral más grande del mundo con ingresos modestos para sus creadores

A pesar de su alcance sin precedentes, el fenómeno global no se ha traducido en un ingreso multimillonario para Pinkfong, la empresa surcoreana que creó la canción y el video animado. Según cifras recientes, la compañía generó el año pasado ingresos por aproximadamente 67 millones de dólares, incluyendo lo que percibe por reproducciones en YouTube y otros canales de distribución.

Baby Shark” se convirtió en una pieza central de la cultura pop global, utilizada en escuelas, programas infantiles, redes sociales e incluso eventos deportivos. Su repetitivo “doo-doo-doo” y su estructura simple lograron que la canción trascendiera idiomas y fronteras, estableciendo un modelo de éxito para el contenido infantil en plataformas digitales.

Un impacto cultural descomunal, pero márgenes limitados

Aunque muchos podrían suponer que miles de millones de vistas garantizan ingresos exorbitantes, especialistas señalan que las ganancias por reproducción en YouTube suelen ser moderadas, especialmente para contenido dirigido a niños.

La mayor parte de los beneficios proviene de licencias, productos derivados y espectáculos en vivo, áreas que Pinkfong ha explotado, pero sin alcanzar niveles comparables con franquicias mayores del entretenimiento.

Aun así, “Baby Shark” continúa como uno de los mayores fenómenos virales de la última década, demostrando el enorme poder de las plataformas digitales para convertir un simple jingle infantil en un fenómeno cultural global.

Pinkfong, por su parte, sigue ampliando su catálogo con nuevas producciones para el público infantil, apostando a replicar, aunque sea en parte, el impacto de su mayor éxito.