Rusia lanzó más de 650 drones y tres docenas de misiles contra Ucrania en un ataque a gran escala que comenzó durante la noche y se extendió hasta este martes, según informaron las autoridades ucranianas. El bombardeo dejó al menos tres personas fallecidas, entre ellas un niño de cuatro años, a solo dos días de Navidad.
El ataque afectó viviendas y la infraestructura energética en al menos 13 regiones del país, provocando apagones generalizados en medio de temperaturas gélidas. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, denunció que la ofensiva se produjo justo cuando se registraban avances que calificó como “bastante firmes” en los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz.
En un mensaje publicado en la aplicación Telegram, Zelenskyy afirmó que el bombardeo demuestra la intención del presidente ruso, Vladímir Putin, de continuar con la invasión. Funcionarios ucranianos y europeos han señalado que Moscú no estaría participando de buena fe en las negociaciones impulsadas por Estados Unidos.
“El ataque es una señal extremadamente clara de las prioridades rusas. Un ataque antes de Navidad, cuando la gente quiere estar con sus familias, en casa y a salvo”, expresó el mandatario ucraniano. “Un ataque, de hecho, en medio de negociaciones que se están llevando a cabo para poner fin a esta guerra. Putin no puede aceptar el hecho de que debemos dejar de matar”.