Las autoridades francesas apresaron a tres jóvenes, en edades comprendidas de 19 y 24 años, acusados de planear un atentado terrorista de gran magnitud inspirado en el ataque de la sala Bataclán de 2015.
Los sospechosos, vinculados al Estado Islámico, pretendían “ahogar en sangre a los infieles” mediante un ataque que causara el mayor número posible de víctimas.
Los arrestos se llevaron a cabo tras una investigación que reveló la radicalización de los individuos y su intención de llevar a cabo acciones violentas en territorio francés.
Las fuerzas de seguridad incautaron material que indicaba la planificación avanzada del atentado, incluyendo manuales sobre explosivos y tácticas de ataque.