
El presidente de la Asociación Dominicana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ADOMIPYME), Andry José Ramírez, informó que el apagón nacional registrado el pasado martes 11 de noviembre generó pérdidas económicas estimadas entre 200 y 300 millones de pesos, afectando principalmente a colmados, almacenes de carne y pequeños comercios que dependen del suministro eléctrico para mantener su operación diaria.
Ramírez explicó que muchos de estos establecimientos carecen de plantas eléctricas o sistemas de respaldo que puedan funcionar por más de 12 horas, lo que obligó a cerrar anticipadamente durante la jornada laboral. Además, varios comerciantes reportaron pérdidas de productos perecederos, especialmente carnes, embutidos y lácteos.
En distintas zonas del país, pequeños empresarios denunciaron daños económicos provocados por la interrupción del servicio, que también redujo las ventas en las horas de mayor consumo.
“La generación eléctrica y la estabilidad del sistema son parte esencial de la estabilidad económica. Sin electricidad no se pueden ofrecer servicios ni mantener las operaciones”, afirmó Ramírez, quien llamó a las autoridades a fortalecer la infraestructura eléctrica nacional para evitar eventos similares en el futuro.
El dirigente empresarial sostuvo que, aunque el evento fue “fortuito y difícil de prever”, debe servir como una alerta sobre la vulnerabilidad del comercio minorista frente a las fallas energéticas y la necesidad de promover políticas que incentiven la adopción de sistemas de energía alternativos en las MIPYMES.