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El aumento de los ataques digitales expone cada vez más la información personal y financiera almacenada en teléfonos y computadoras. Frente a este panorama, especialistas y autoridades internacionales insisten en la importancia de adoptar hábitos preventivos en la vida digital cotidiana. Varias de estas medidas son sencillas, accesibles y altamente efectivas para reducir la vulnerabilidad ante ciberdelitos.
A continuación, se detallan prácticas diarias que ayudan a disminuir el riesgo de ciberataques y, al mismo tiempo, mejoran el funcionamiento de los dispositivos.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, promovió la idea de apagar el teléfono durante cinco minutos al día como una táctica preventiva frente a ataques persistentes que comprometen la privacidad.
La razón es simple: muchos programas espía y malware necesitan que el dispositivo esté en una sesión activa para operar. Al apagar el celular y dejarlo inactivo por unos minutos:
Este hábito actúa como un “reinicio” que corta posibles intrusiones sin que el usuario deba intervenir más allá de desconectar el equipo momentáneamente.
Actualizar el sistema operativo y las aplicaciones es una de las defensas más importantes contra el ciberdelito. La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) respalda esta práctica y subraya que:
Permitir actualizaciones automáticas y revisar periódicamente la disponibilidad de nuevas versiones reduce el tiempo en que un equipo permanece expuesto a brechas conocidas.
Los expertos señalan que ninguna medida aislada es suficiente, por lo que recomiendan sumar prácticas que fortalezcan la seguridad desde distintos ángulos:
La autenticación de doble factor es una barrera crucial: obliga a validar la identidad mediante un código adicional, dinámico y difícil de interceptar, lo que complica los intentos de acceso no autorizado.
Las redes WiFi abiertas —como las de cafeterías, aeropuertos o centros comerciales— suelen carecer de cifrado adecuado. Esta debilidad permite que atacantes intercepten la información que circula por ellas, incluido:
Para evitar esto, se recomienda:
Identificar cuándo una red no ofrece condiciones mínimas de seguridad evita filtraciones y posibles robos de identidad.
La prevención también incluye reconocer intentos de fraude como el phishing, donde ciberdelincuentes se hacen pasar por bancos, empresas o entidades públicas para obtener datos sensibles.
Estas precauciones limitan la posibilidad de caer en estafas o de que terceros accedan a cuentas bancarias, correos o perfiles digitales.
Fuente: Infobae.