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El colaborador de El Rumbo de la Mañana, Ángel Bogaert calificó la campaña del nuevo líder político neoyorquino Zohran Mandani como “la más asombrosa” que ha presenciado en su vida, superando incluso la histórica movilización que acompañó al expresidente Barack Obama en 2008.
“Lo primero que tengo que decirles es que esa campaña de Mandani es la más asombrosa que yo he presenciado, y eso incluye la de Obama”, aseguró Bogaert, destacando la magnitud del fenómeno político que llevó a Mandani a la victoria en Nueva York.
En el segmento El Rumbo desde Nueva York, Bogaert explicó que el ascenso de Mandani representó una ruptura con las estructuras tradicionales del poder político y económico.
“Mandani venció no solamente a Cuomo, a Sliwa, al establishment de su propio partido, a la figura de Donald Trump, sino también a la élite económica de la ciudad que lo tenía completamente en su contra”, afirmó.
Según el analista, desde el momento en que Mandani ganó las primarias en junio, los “titanes de Wall Street” se unieron detrás de Andrew Cuomo, llenándolo de recursos financieros para frenar su avance. Sin embargo, “Mandani fue muy hábil al construir una coalición rápida de sindicatos, jóvenes, estudiantes y clase media”.
Ángel Bogaert subrayó que, pese a la presión de los grandes intereses económicos, Mandani logró mantener su discurso progresista sin confrontar directamente a las figuras del poder institucional.
Para Bogaert, la capacidad del líder neoyorquino de combinar idealismo con pragmatismo político será clave en su gestión. “Él es muy diplomático y una persona que cae muy bien, y eso le servirá para ganarse la confianza de la gobernadora y viabilizar sus propuestas”, añadió.
En relación con el papel de Barack Obama en las elecciones, Bogaert aclaró que el expresidente mantuvo una postura prudente. “Obama es el maestro del centro, el maestro diplomático. Llamó a Mandani y le ofreció ser su consultor pro bono, pero no se declaró públicamente a su favor”, explicó.
El analista señaló que el expresidente priorizó la estabilidad del Partido Demócrata, que enfrenta divisiones internas entre el ala progresista y el sector institucional. “El partido ahora va a tener que buscar su identidad y lograr que en esa identidad quepan todos”, indicó.