Empresas tecnológicas como Amazon, Apple, Gemini, Google y Microsoft, así como más de una decena de magnates de distintos sectores, figuran entre los patrocinadores que han aportado 300 millones de dólares para la construcción del nuevo y polémico salón de baile que el presidente Donald Trump instalará en el Ala Este de la Casa Blanca, actualmente en proceso de demolición.
La Administración Trump hizo pública la lista de donantes que contribuirán a financiar la obra, valorada en 90,000 metros cuadrados. En ella destacan compañías lideradas por Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y Bill Gates.
Entre los nombres individuales resaltan:
Durante una cena con patrocinadores la semana pasada, Trump bromeó diciendo que “este es el precio de tener acceso al presidente” y afirmó que el proyecto no supondrá gasto para los contribuyentes estadounidenses.
El diseño estará a cargo de McCrery Architects, manteniendo el estilo neoclásico estadounidense que caracteriza al complejo presidencial.
El Ala Este —construida originalmente en 1902 durante el gobierno de Theodore Roosevelt y ampliada en 1942 bajo Franklin D. Roosevelt con un búnker subterráneo— será transformada para dar paso al nuevo espacio, que pretende ser uno de los salones de eventos más grandes y exclusivos del mundo político.
Sin embargo, el Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica pidió detener el proyecto hasta que se sometan a los procesos legales de revisión pública, alegando preocupaciones sobre conservación patrimonial.