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En la comunidad de El Aguacate, perteneciente al distrito municipal San Francisco de Jacagua, en Santiago, los estudiantes de la Escuela Angelita Suárez, del distrito educativo 08-06, asisten a clases en un reducido espacio dentro de una iglesia. Esto se debe a la falta de una infraestructura escolar tras la demolición del edificio anterior, que aún no ha sido reemplazado pese a las promesas de construir uno nuevo.
El sacerdote de la iglesia cedió temporalmente el lugar para evitar que los niños quedaran sin educación, pero más de un año después, las obras de construcción aún no comienzan. La situación ha generado incomodidad entre los residentes.
"Estamos esperando que nos resuelvan", expresó Magdalena Andra Sosa, quien vive en la comunidad.
La docente Alexandra Vásquez destacó las limitaciones del espacio, señalando que los alumnos, desde nivel primario hasta sexto grado, están separados por cartones. Julissa Roque Rodríguez, encargada del centro, explicó que solo 19 estudiantes permanecen en la escuela, ya que muchos fueron trasladados a planteles en comunidades distantes.
"Los mandan para Salamanca", comentó María Guadalupe Sosa, madre de un estudiante, al referirse a la reubicación de algunos niños.
Las familias de la comunidad han manifestado su preocupación por el impacto negativo de esta situación en la educación de sus hijos y esperan que las autoridades cumplan con la promesa de construir una escuela digna para todos los niveles educativos.