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SANTO DOMINGO.– El presidente del Consejo Nacional de Drogas (CND), Alejandro Abreu, aseguró este miércoles que la misión principal de la institución que dirige se centra en la prevención, atención y rehabilitación de personas con problemas de adicciones, al tiempo que llamó a reforzar el trabajo educativo y familiar para enfrentar los desafíos que plantea el consumo de sustancias y otros tipos de dependencias en la sociedad.
Durante una entrevista en el programa El Sol de la Mañana, Abreu aclaró que, a diferencia de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), cuya labor es operativa y de persecución, el CND tiene un rol humano, social, pedagógico e informativo. “El consejo no transfiere servicios directos, sino que trabaja por misiones, y esas misiones son dos: la prevención y la rehabilitación”, explicó.
El funcionario destacó que el equipo del CND está integrado por psicólogos, psiquiatras, médicos y cientistas sociales, lo que garantiza un abordaje integral del fenómeno de las adicciones, considerado por él como una enfermedad psicoemocional, mental y conductual.
Abreu informó que recientemente fue puesta en marcha la campaña de comunicación “Vive Dominicasamente”, cuyo propósito es promover valores positivos como la familia, la educación, el emprendimiento y la vida sana. La iniciativa busca contrarrestar la visión negativa que suelen proyectar los mensajes preventivos, apostando a un enfoque afirmativo dirigido principalmente a la juventud.
En ese sentido, resaltó que la actual generación de jóvenes dominicanos es la mejor preparada de la historia, con mayores niveles de estudio, posgrados, dominio de idiomas, sensibilidad ambiental y capacidad de emprendimiento. “La mayoría de nuestra juventud es sana y queremos enfocarnos en fortalecer esa parte positiva”, afirmó.
El presidente del CND hizo énfasis en la importancia de la conexión familiar como principal herramienta preventiva. Señaló que la mayoría de los jóvenes que caen en el consumo lo hacen por fallas en la familia, y advirtió que mientras más tarde se reacciona ante un problema de adicción, más difícil es revertirlo.
Consultado sobre el tema de la ludopatía, Abreu reconoció que el Consejo apenas ha trabajado tímidamente en este campo y que no existe un programa robusto. Explicó que la Ley 508-88, que crea la institución, no contempla la adicción al juego, aunque consideró oportuno que la futura actualización de esa normativa incluya este fenómeno.
Al respecto, manifestó que la proliferación de bancas de apuestas sin control constituye un problema que debe ser regulado, y advirtió que aunque los juegos forman parte de la cultura dominicana, es necesario encontrar un equilibrio que reduzca el impacto negativo de esta práctica.
En otro orden, Abreu informó que el país cuenta desde 2023 con un Sistema de Alerta Temprana (SAP) para identificar la presencia de nuevas drogas en el territorio. Explicó que hasta el momento solo se ha detectado un caso aislado vinculado al fentanilo en una zona turística, lo que descartaría la existencia de un consumo extendido en la República Dominicana.
Asimismo, adelantó que el CND tiene pendiente la realización de tres estudios fundamentales: una encuesta nacional de consumo de drogas, una encuesta escolar y una encuesta en centros penitenciarios. Estas investigaciones, según dijo, son necesarias para tener un panorama real de la situación y diseñar políticas más eficaces.
No obstante, lamentó que el Consejo atraviesa limitaciones presupuestarias debido a que desde 2023 dejó de recibir recursos provenientes de los bienes incautados al narcotráfico, lo que redujo su capacidad operativa. Actualmente, gran parte de los fondos se destinan a cubrir gastos fijos, mientras las campañas y proyectos de prevención carecen de financiamiento suficiente.
Finalmente, Abreu insistió en que el Consejo Nacional de Drogas es un organismo articulador, llamado a coordinar las acciones de al menos 16 instituciones del Estado, entre ellas los ministerios de Educación y Salud Pública. Consideró que el trabajo conjunto en las escuelas y en la atención a la salud mental es clave para proteger a la niñez y juventud dominicana frente a los retos que imponen las adicciones y las nuevas formas de dependencia.