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La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, negó este miércoles que la ciudad se encuentre sumida en un caos generalizado, como han sugerido algunos medios. “El retrato de que toda la ciudad es un caos, es una mentira”, afirmó durante una rueda de prensa, en la que también defendió la aplicación de un toque de queda limitado.
La medida, que abarca seis millas cuadradas de las 500 que conforman la ciudad, fue adoptada en respuesta a las tensiones derivadas de las recientes redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en zonas habitadas por inmigrantes. Bass señaló que la continuidad del toque de queda dependerá del desarrollo de los operativos migratorios.
Funcionarios locales del sur de California acompañaron a la alcaldesa y condenaron el despliegue militar en barrios inmigrantes. Arturo Flores, alcalde de Huntington Park, calificó las redadas como un “teatro político” más que una acción de seguridad pública. Otros funcionarios denunciaron arrestos realizados en espacios públicos como gimnasios y templos religiosos.
Mientras tanto, desde la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt defendió los operativos y acusó a las autoridades locales de promover la “anarquía”. Afirmó que las medidas responden a un mandato electoral para controlar la inmigración irregular.
El mayor general Scott Sherman, comandante del despliegue, confirmó que unos 4,000 soldados de la Guardia Nacional y 700 marines fueron desplegados en la ciudad. Aclaró que los militares no tienen autoridad para realizar arrestos, pero pueden detener temporalmente a civiles hasta que lleguen las fuerzas del orden.
Las autoridades continúan evaluando la evolución de la situación mientras persisten las protestas y los cuestionamientos al uso de la fuerza en los operativos migratorios.