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Amnistía Internacional (AI) denunció este martes que las fuerzas israelíes destruyeron o dañaron más de 10,000 estructuras en el sur del Líbano entre octubre de 2024 y enero de 2025.
La organización instó a que estas acciones sean investigadas como posibles crímenes de guerra, al considerar que buena parte de los daños fueron deliberados y cometidos fuera de un contexto de combate.
El informe, titulado “Ningún sitio al que volver: La extensa destrucción de Israel en el sur del Líbano”, documenta cómo el Ejército israelí devastó viviendas, mezquitas, cementerios, carreteras, parques y campos de fútbol en 24 municipalidades.
Según la investigación, la destrucción se realizó en muchos casos con excavadoras y explosivos, incluso después del alto el fuego del 27 de noviembre de 2024, cuando las zonas ya estaban bajo control israelí.
“Las pruebas muestran claramente que las tropas israelíes dejaron un rastro de devastación deliberada. Su flagrante menosprecio por las comunidades destruidas es aberrante”, afirmó Erika Guevara Rosas, directora de Investigación de AI, quien advirtió que zonas enteras han quedado inhabitables.
Entre las municipalidades más golpeadas se encuentran Yarin, Dhayra y Boustane, donde más del 70 % de los inmuebles fueron arrasados. Otras siete localidades perdieron más de la mitad de sus estructuras, de acuerdo con imágenes satelitales analizadas por la organización.
La ofensiva israelí contra el grupo chií Hizbulá dejó más de 4,000 muertos y 16,000 heridos en el Líbano, además de 1.2 millones de desplazados internos. La campaña incluyó ataques aéreos masivos en el sur, el este y los suburbios de Beirut, además de una operación terrestre en la franja meridional.