Un motín en la prisión de Bouaké, la segunda ciudad más grande de Costa de Marfil, resultó en la muerte de cinco reclusos y dejó 29 heridos, incluidos seis agentes penitenciarios y 23 internos, confirmó este miércoles la Policía a EFE.
El incidente, que tuvo lugar este martes, ocurrió durante un registro rutinario celda por celda realizado por el personal de la cárcel de Bouaké (centro), con el objetivo de buscar y retirar objetos prohibidos.
«Varias celdas fueron registradas minuciosamente sin dificultades, hasta que, al llegar al Edificio E, los agentes se enfrentaron a la hostilidad de los reclusos, quienes los agredieron con garrotes, machetes y otros objetos contundentes», explicó el fiscal de la República, Abel Nangbele Yeo, en un comunicado.
A partir de ese momento, los agentes se vieron acorralados y superados en número, por lo que tuvieron que lanzar «disparos de advertencia».
Finalmente, gracias al apoyo de la Gendarmería y de la Policía Nacional, lograron contener la violencia y restablecer el orden.
Durante la operación de registro, los agentes penitenciarios hallaron sustancias prohibidas, como cannabis, varias pastillas de tramadol, diversas armas blancas, teléfonos móviles e, incluso, tres granadas.
Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer los hechos.
«De momento, no hay nuevas informaciones, estaremos a la espera de las nuevas declaraciones del fiscal una vez que finalice la investigación en curso», explicó a EFE el comisario Aka Denis, responsable de comunicación de la Policía Nacional.
El fiscal subrayó la importancia de incrementar la seguridad en las cárceles del país, ya que operaciones similares han llevado al descubrimiento de importantes cantidades de drogas.
En julio de 2024, el Comité contra la Tortura (CAT) de la ONU, que supervisa la aplicación de la Convención contra la Tortura, examinó la situación en Costa de Marfil. Sus expertos independientes expresaron preocupación por una «tasa elevada» de sobrepoblación carcelaria, que supera tres veces la capacidad total de las prisiones.
Además, señalaron las malas condiciones de detención en algunas cárceles, tales como insalubridad, falta de higiene, ausencia de ventilación y mala calidad de los alimentos y agua.
El comité también mostró alarma por la magnitud de la violencia carcelaria, tanto la cometida por el personal penitenciario contra los internos como la violencia entre los propios reclusos.
En abril pasado, en la prisión de Bouaké, un detenido murió asfixiado y tres personas resultaron heridas en un intento de fuga.