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El gobierno talibán sostuvo que Pakistán lanzó ataques aéreos nocturnos sobre tres provincias orientales, una ofensiva que acabó con la vida de 10 civiles —entre ellos nueve niños—, incrementando la tensión entre ambos países.
Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, afirmó en X que una vivienda en Khost fue alcanzada directamente, provocando la muerte de los menores y una mujer. Otros ataques en Kunar y Paktika dejaron cuatro heridos adicionales. Mujahid calificó los hechos como “atrocidades” y una “violación del territorio afgano”, advirtiendo que la administración responderá “en el momento apropiado”.
El incidente revive un conflicto que ya venía escalando en las últimas semanas, marcado por acusaciones cruzadas y enfrentamientos previos. En este contexto, se han identificado varios elementos clave que explican por qué la situación ha vuelto a un punto crítico:
Mientras tanto, países como Irán han intentado mediar para evitar una escalada mayor. Su alto funcionario Ali Larijani informó haberse reunido con el canciller paquistaní Ishaq Dar en Islamabad, en un intento por rebajar las tensiones.
La disputa también se alimenta de desacuerdos sobre la presencia del TTP en territorio afgano. Dos rondas de negociación en Estambul no lograron un entendimiento, y las relaciones se han deteriorado aún más desde que Afganistán acusó a Pakistán por ataques con drones en Kabul.
El deterioro diplomático ya tiene consecuencias directas: el comercio bilateral permanece paralizado y todas las fronteras siguen cerradas, afectando tanto la economía como la movilidad de miles de personas a ambos lados de la línea.
Fuente: AP