
El congresista Adriano Espaillat podría ser suspendido por 10 años de ocupar cargos dirigenciales dentro del Partido Demócrata o incluso ser expulsado de manera definitiva, luego de que el comité de ética de la organización concluyera que él y un grupo de aliados cometieron irregularidades en la elección que le concedió la segunda posición más influyente dentro de la estructura partidaria.
La decisión se discutirá formalmente en una reunión programada para este martes.
Además de estas sanciones, el partido está considerando la posibilidad de redibujar los distritos electorales con el fin de diluir el poder político de Espaillat en el Estado.
Esta acción podría afectar su capacidad de influencia en futuras elecciones y reducir significativamente su presencia en la estructura política demócrata.
Entre las medidas en evaluación también se incluye una reprimenda pública, que sentaría un precedente dentro del partido y serviría como advertencia frente a prácticas consideradas antiéticas.
Fuentes internas han revelado que la investigación detectó maniobras irregulares destinadas a favorecer al congresista durante el proceso interno que lo posicionó como figura clave en la dirección del Partido Demócrata.