Cada tercer lunes de enero, Estados Unidos honrra el legado de Martin Luther King, un hombre que transformó la lucha por los derechos civiles y dejó una huella imborrable en la historia de la nación.
Defensor incansable de la igualdad y la justicia social, King lideró un movimiento pacífico que desafió la segregación racial y la discriminación en Estados Unidos. Su voz resonó con fuerza en cada discurso y marcha, inspirando a millones a unirse a la causa por un futuro más justo.
En 1964, a la joven edad de 35 años, King fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en el ganador más joven de este prestigioso reconocimiento. Su liderazgo basado en la no violencia y la resistencia pacífica marcó un hito en la lucha por los derechos civiles, cambiando el curso de la historia de Estados Unidos.
Aunque su legado es ahora reconocido a nivel mundial, la celebración de su día como feriado nacional no se estableció hasta 1983, y se conmemoró por primera vez en 1986. Este día sirve como un recordatorio de la importancia de continuar la lucha por la igualdad, la justicia y la unidad, principios que King defendió con pasión a lo largo de su vida.
"La injusticia en cualquier lugar es una amenaza a la justicia en todas partes", una de las frases más célebres de King, sigue resonando hoy en día, instándonos a alzar la voz contra la opresión y la desigualdad dondequiera que se encuentren.