El Gobierno de China ha confirmado este jueves que su vicepresidente, Han Zheng, representará al país en la ceremonia de toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, programada para el próximo lunes 20 de enero en Washington. Esta decisión marca un precedente histórico, ya que es la primera vez que un alto funcionario chino asiste a la inauguración presidencial de un mandatario estadounidense.
China busca fortalecer el diálogo con EE. UU.
El anuncio fue realizado por un portavoz del Ministerio de Exteriores chino, quien explicó que la participación de Han Zheng subraya el interés de Pekín por establecer una relación constructiva con el nuevo gobierno estadounidense. En un comunicado difundido por la agencia de noticias Xinhua, el portavoz señaló que China se guía por los principios de "respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de ganancia compartida" en su relación con Estados Unidos.
"Estamos dispuestos a trabajar con el nuevo Gobierno de Estados Unidos para mejorar el diálogo y la comunicación, gestionar adecuadamente las diferencias, ampliar la cooperación mutuamente beneficiosa, perseguir conjuntamente una relación estable, sana y sostenible y encontrar el camino correcto para que los dos países se lleven bien", añadió el portavoz, enfatizando el interés de Pekín en reforzar los lazos bilaterales.
Un gesto simbólico desde el equipo de Trump
El equipo de transición de Trump confirmó que extendió una invitación directa al presidente chino, Xi Jinping, para asistir al evento, lo cual es poco común, ya que tradicionalmente los jefes de Estado extranjeros no participan en inauguraciones presidenciales estadounidenses. Aunque Xi no estará presente en la ceremonia, el envío de Han Zheng se interpreta como un gesto significativo por parte de Pekín para establecer un terreno común con la nueva administración.
Donald Trump, por su parte, expresó confianza en su futura relación con Xi Jinping, afirmando que ambas partes ya han mantenido comunicación a través de sus respectivos representantes. El presidente electo manifestó optimismo sobre la posibilidad de construir una cooperación más sólida con China, a pesar de las tensiones comerciales y geopolíticas que marcaron el período previo a su elección.
Implicaciones de la presencia china
La decisión de China de enviar a Han Zheng refleja el interés del gigante asiático en evitar un deterioro de las relaciones bilaterales y en garantizar que los canales de diálogo con la nueva administración estadounidense permanezcan abiertos. La asistencia de un alto funcionario chino no solo representa un gesto de cortesía diplomática, sino también un esfuerzo por demostrar voluntad de colaboración en un contexto global cada vez más complejo.
Este movimiento también envía un mensaje claro sobre la importancia de la relación entre ambas potencias, que enfrentan desafíos compartidos en áreas como el comercio, el cambio climático y la seguridad global. La participación de Han Zheng en la ceremonia podría ser el primer paso hacia una etapa de acercamiento, aunque persisten diferencias significativas en temas clave.
Un contexto de expectativas internacionales
La presencia de China en la inauguración presidencial de Trump también se produce en un contexto de atención global, ya que muchos países están atentos a las políticas que implementará el nuevo gobierno estadounidense y a cómo afectarán las relaciones internacionales. El gesto de Pekín podría ser percibido como una señal de disposición para encontrar puntos de convergencia en un momento de incertidumbre.
A medida que Trump asuma el cargo, tanto Estados Unidos como China tendrán la oportunidad de redefinir su relación, y la asistencia de Han Zheng podría sentar las bases para futuros encuentros y acuerdos entre ambas naciones.